Se apoya la mano sobre la cabeza y se enhebran dedos y cabellos.
Se bajan ligeramente las pupilas y se concentra la mirada en un punto fijo de la lente.
Se bajan las comisuras de la boca y se absorben levemente los labios, de modo que todo atisbo de sonrisa sea físicamente imposible.
Prohibido pensar en grandes senos o en la deliciosa sensación de bajarle los pantalones a Rostropovich, que es tan tímido.
Dimitri, seguro que reirías a carcajadas frente al pelotón de fusilamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario